Un salón decorado con artesanía mallorquina / A room decorated with Mallorcan craft

Decoración auténtica, casi, casi, con D.O. mallorquina. Así mimó a este salón su orgullosa decoradora, Talis Waldren: “Se ha utilizado las técnicas manuales típicas del lugar, pero dándoles un estilo determinado. Para hacer fluir los ambientes, se han eliminado las puertas. Todo se comunica con todo. Los muebles, la mayoría franceses, están decapados. “Son más ligeros que los típicos mallorquines, que suelen ser más sobrios y oscuros." 

Por ejemplo, hemos pintado la pared de un blanco roto: es un color cálido y no deslumbra tanto con el sol. El suelo –radiante, no hay radiadores– es de terracota con baldosas hechas a mano.

Para las cortinas, se ha optado por barras de hierro forjado. Como lámparas de luz indirecta, se ha recurrido a tejas antiguas en casi toda la casa, y las puertas, con cuarterones y cristaleras típicos mallorquines.

El mobiliario, muy ligero y de tonos claros, aporta frescura a toda esta artesanía, normalmente con mucho peso. Desde el recibidor se puede ver, a uno y otro lado, el salón y el comedor con sendas chimeneas. “La casa es alegre y veraniega, pero las chimeneas invitan también a pasar el invierno”. ¡Las chimeneas! Son iguales, realizadas de obra con doble blanco y están situadas una enfrente de la otra.

El comedor está integrado totalmente en la cocina, formando un único ambiente. La decoración juega con los colores de las contraventanas –verde aguamarina– y también con el blanco. Las cortinas, como en el salón, son dobles: “La interior, un visillo ligero, sirve para protegerse del sol”. Hay toques ingleses en los estantes volados y la lámpara de araña.

Fuente de información: Revista El Mueble